lunes, 27 de enero de 2014

PABLITO APRENDIÓ UNA LECCIÓN.




                Sin saber que Sarita lo había matado, descuartizado y enterrado, Pablito se armó de valor y buscó a Francisco para que le devolviera su caramelo. No iba a dejarse vencer por un matón sin corazón una vez más. Lo buscó durante días sin parar. Lo buscó por todas partes. Preguntó a todo el mundo. Pero no tuvo éxito en su incansable búsqueda. Le costó dejar de buscarlo, pero lo hizo cuando entendió lo que estaba ocurriendo.  Entendió que Francisco no era tan fuerte como él pensaba, sino débil y cobarde. Por eso se estaba escondiendo. Francisco se había engañado a sí mismo todo este tiempo. Y había engañado a todo el mundo. Pero Pablito ya sabía la verdad. Que era un cobarde.  Así que aceptó que había perdido su caramelo injustamente, pero también que había más caramelos en el mundo. Ya se esforzaría de manera honrada en conseguir otro caramelo y con el tiempo aprendería a protegerlo mejor… Pero no iba a seguir sufriendo por  un cobarde disfrazado de fuerte. Poco después, Pablito se compró otro caramelo y lo compartió con su hermano.
Mientras tanto, Sarita que no había saciado por completo su sed de venganza, mató también a Patricia, la amiga de Francisco, que siempre le pareció una cotorra insufrible. Y ya que estaba también se comió su corazón, que le supo más amargo de lo normal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario